A 10 años de la fuga de Marino Diodato, supuesto líder de la mafia italiana en Bolivia, exministros de Gobierno del expresidente Hugo Banzer (ADN) desvelan la danza de dólares que sustentó su poder y hasta ‘facilitó’ su huida de una clínica privada donde estaba internado, mientras cumplía una condena de 12 años por delitos relacionados con el narcotráfico. Según las exautoridades, el silencio tuvo un precio que muchos pagaron para que no se conociera la verdadera historia.
Desempolvar el caso no es fácil, varias fuentes consultadas prefirieron callar. Y es que el poder que tuvo Diodato y el que podría seguir teniendo, atemoriza a más de uno, más si se habla de que el italiano todavía está vivo.
Los exministros de Gobierno Guido Náyar y Wálter Guiteras en entrevista con EL DEBER, coincidieron en que Diodato pudo huir porque tuvo protección de gente de poder económico y político relacionada con sus actividades ilícitas en el país y que se comprometieron con él: “Vos no hablaste, no me quemaste en el juicio, ahora te ayudo, pero no vuelvas nunca más”.
Eso dice ahora Guiteras, una década después de que explote la noticia aquel 31 de enero de 2004, cuando se informó de que el italiano se fugó de la clínica Bilbao donde estaba internado desde marzo de 2003.
Esta historia empezó mediáticamente el 17 de junio de 1999 cuando fue detenido por la Policía y una semana después acusado de espionaje telefónico, funcionamiento de casas de juegos de azar clandestinas, tráfico de armas y lavado de dinero.
Ahora, Guiteras, alejado de la política activa, desde su casa en Santa Cruz, recordó que cuando se llevaba a cabo el juicio había personas que defendían al hombre del que se dice que fue miembro de un cuerpo especial de la Policía de Italia, que en Bolivia organizó un grupo de seguridad en Palacio y que estuvo en el cuerpo especial de reacción inmediata del Gobierno de Banzer. También se dijo que Diodato hizo campaña electoral a favor de Banzer, lanzándose en paracaídas con un letrero que decía voten por ADN, que tenía amigos en el Gobierno de aquel entonces, tanto dentro como fuera de los gabinetes ministeriales, de las Fuerzas Armadas, de la Policía y empresarios.
“Un buen núcleo de la ADN, de personas vinculadas al Gobierno, querían que se lo liberara”, aseguró Guiteras, que fue ministro de Gobierno del 21 de junio de 1999 al 15 de mayo del 2000, y que ahora cree que parte de ese grupo de apoyo en aquel momento, fueron los que ayudaron a que Diodato se fugara. También hizo referencia a una ‘sobrina’ de Yolanda Prada, esposa de Banzer, y a otras personas que manejaban los juegos de azar y que presionaban para que se lo liberara. Finalmente, habló de ‘la intencionalidad del Ministerio Público para largarlo’. Todo lo contrario de lo que la embajada estadounidense pretendía.
Guido Náyar, que renunció al Ministerio de Gobierno un día después de la detención de Diodato ocurrida el 17 de junio de 1999, en la entrevista vía Skype desde algún país del mundo donde está en carácter de refugiado, ratificó que dejó el cargo por las diferencias que tuvo con el presidente Banzer y no por algún vínculo con Diodato. En coincidencia con Guiteras, aseguró que todo apunta a que en la fuga del italiano hubo complicidad política, porque de Palmasola lo terminan llevando a una clínica privada y dejándolo prácticamente sin custodia, era una ‘invitación’ para que se fugara. “Parece que fuera gente que quería que se vaya simplemente y se acabe el tema... Mucha gente ligada al tema de los casinos peleaba para que no se conocieran los entretelones”, confesó Náyar.
Para él, “el caso (Diodato) fue muy mal llevado, mal sustentado, pésimamente defendido por parte del Ministerio de Gobierno y de la Felcn (antinarcóticos)... Al final no hubo voluntad política para llevar a cabo la investigación. El caso terminó y él huyó”.
El mismo Guiteras dejó entrever que el propio expresidente Banzer “no daba ninguna señal” a favor de que Diodato fuera sentenciado y que en Santa Cruz el italiano “tenía una fuerte estructura”. “Banzer fue frío, dijo que yo haga todo lo que vea conveniente y que si tenía todas las pruebas, él se iba a excluir”.
El baile de dólares
En palabras del exministro Guiteras, Marino Diodato entregó en un solo año $us 6.000.000 millones a un ‘distinguido político’ de Bolivia, a otro le dio $us 200.000 y la danza de los billetes subía y bajaba en función al cargo y a la institución desde donde se protegía el funcionamiento de las casas clandestinas de juegos de azar y las vinculaciones con el narcotráfico.
Guiteras, que asumió el cargo tres días después del arresto de Diodato, y que reemplazó a Náyar, dijo tener en su poder las listas con nombres de policías, de gente del Ejército de alto rango -desde comandantes nacionales hasta departamentales- y de políticos del Gobierno de ADN y de la oposición que tenían relación con Diodato, que encubrían sus acciones en casas de juegos clantestinas, narcotráfico y tráfico de armas.
Náyar, que dijo vivir hoy con poco dinero en un departamento de una sola habitación, con el sueldo de asesor a empresas, coincidió en que a Diodato lo apoyaban personas que invirtieron en el negocio de los casinos que fue muy ‘lucrativo’ y que no descarta también el respaldo de personas de la misma ADN.
Poder en todos lados
El coronel Rolando Fernández, que en aquel entonces era director nacional de la Policía Técnica Judicial (PTJ), hoy Felcc, explicó que las investigaciones descubrieron que en la clínica privada donde estaba internado Diodato tenía ciertos privilegios, como una línea de teléfono privada, que se ganó la confianza de sus custodios policiales y que gracias a eso salía a trotar en las noches.
“Salió caminando de forma muy tranquila. Se subió al taxi de Ricardo Borba Mesquita, que trató de acelerar y Diodato le dijo que fuera con calma, que no había apuro, que no llamara la atención. Se fueron por el segundo anillo hasta la Pampa de la Isla donde había una furgoneta color beis, Wolskvagen. El italiano entró al vehículo, se metió en un cubículo dentro del piso y desapareció”, relató Fernández, basando su declaración en la información que dio Borba Mesquita y la misma PTJ.
¿Vivo o muerto?
A una década de su fuga, al menos cuatro protagonistas de este capítulo de la historia en Bolivia creen que Diodato está vivo. Ellos son Guiteras, Náyar, el coronel Fernández y Jorge von Borries, padre de la fiscal Mónica von Borries, que dirigía la investigación del caso y que murió en 2004 víctima de un atentado con coche bomba atribuido al italiano. Guiteras dijo que está en Italia, Fernández sostuvo que vive en el medio oriente y Náyar, si bien no especificó, fue contundente: “Hay versiones periodísticas de que murió. Eso es totalmente falso”.
Y es que el periodista Herland Campos Reimers, que en 2008 escribió el libro Diodato, el final de un fugitivo, maneja la hipótesis de que Marino Diodato del Gallo se suicidó.
Dicha hipótesis se basa en el relato del ciudadano boliviano de ascendencia italiana, Fernando Finneti, mano derecha de Diodato, que narró al periodista que, tras su fuga, escondió al italiano en una propiedad llamada Coloradillo, por Warnes, lugar donde una tarde cuando le llevaba alimentos, lo encontró ahorcado. Misteriosamente, Finetti murió atropellado un día antes del pactado con el periodista, para ir al lugar donde supuestamente lo había sepultado.
Hoy, Campos concluye: “Mientras el italiano no aparezca, mi hipótesis permanecerá vigente” - See more at: http://www.enlacesbolivia.com/sp/noticias_proc.asp?Seleccion=3961#sthash.UurEB3Qt.dpuf
No hay comentarios.:
Publicar un comentario